Según datos extraídos del Libro Blanco de la Visión, la vista es el sentido que más teme perder el 95% de la ciudadanía.
También es uno de los más dañados entre la población.
Seis de cada diez personas necesitan equipamientos ópticos en su día a día para disfrutar de una buena visión.
Si recurrimos a los datos arrojados por el Instituto Nacional de Estadística del año 2018 sabemos que en España el 62,95% de la población requiere de gafas o lentillas en su día a día para disfrutar de una buena visión.
Con la llegada del COVID a nuestras vidas y un confinamiento sin precedentes era de esperar el aumento de las necesidades visuales entre los más jóvenes.
Es por esto, que muchas personas han acudido por primera vez a revisarse la vista y, como consecuencia, han comenzado a utilizar gafas o lentillas por primera vez.
En este post vamos a detallar cómo es el periodo de adaptación, qué sucede al ponerse gafas por primera vez, qué síntomas podemos notar y cómo mejora nuestra calidad de vida.
Los inicios siempre tienen sus complicaciones, y al utilizar gafas por primera vez sentiremos algún leve efecto en los primeros días de uso, que son totalmente normales.
Entre ellos podemos notar un ligero mareo o dolor de cabeza.
Al tener la vista fija, en el centro de la lente, no notaremos nada, pero sí podemos notar visión borrosa al mirar hacia los lados o hacia arriba o abajo.
Antes, el cerebro estaba acostumbrado a un campo visual diferente del que se le ofrece ahora con las lentes.
Estos efectos son más intensos o menos intensos dependiendo de la graduación.
Hay personas que a las pocas horas o días están totalmente acostumbradas y otras, que, por una mayor graduación, tardarán entre 7 y 20 días. Es el caso de los progresivos cuya adaptación es mucho más lenta que en el caso de los monofocales.
Para hacer que el proceso de adaptación sea más llevadero es recomendable seguir estas indicaciones:
- Elegir cuándo se van a estrenar las lentes en función a la actividad que se va a realizar ese día. Es mejor seleccionar un día que podamos estar tranquilos en casa y no vayamos a realizar actividades que requieran mucho movimiento.
- Si antes de estas lentes, teníamos otras con diferente graduación, otro consejo fundamental, es que una vez usemos las nuevas, no volvamos a usar las gafas antiguas. Así no confundimos al cerebro y le ayudamos a adaptarse con mayor rapidez.
- El uso de las gafas, será progresivo. Si notamos molestias iremos aumentando su uso poco a poco.
- Evitar el uso de los bordes de las lentes. Para minimizar los síntomas de mareos y dolor de cabeza, deberemos centrar la visión por la parte central de la gafa, huyendo de los bordes.
Estos y más consejos te ayudarán en el inicio de tu convivencia con lentes. Tu oftalmólogo u óptico de confianza te ayudarán en este proceso que mejorará tu calidad de vida.