Ocurre que a veces vemos a una persona con gafas y en cuanto se las quita, nos parece otra.
Las gafas no solo nos ayudan a mejorar nuestra calidad de vida, a través de una mejora en nuestra visión, si no que nos aportan estilo y personalidad si las sabemos elegir con conciencia.
Hay muchos factores que pueden influir a la hora de seleccionar la gafa que más nos favorece. Uno de ellos es la forma de la montura y la forma de nuestro rostro.
Dependiendo de tu elección podremos resaltar rasgos que nos gusten o disimular aquellos que preferimos pasar desapercibidos.
Todo esto lo puedes ver en detalle en nuestro post Claves para elegir la gafa perfecta.
Otro de los factores importantes a tener en cuenta es conocer la talla de las gafas.
Que se adapten a nuestra cara. Que no nos aprieten, que no se nos caigan…
Para ello lo más recomendable es que acudas a un buen profesional de óptica. Un optómetra reconocido que te haga un primer examen y te mida para conocer la talla concreta de tu rostro.
Las gafas se deben ajustar a tu cara. No todas las gafas le quedan bien a todo el mundo. A continuación veremos algunos tips para elegir nuestra talla de gafas perfecta.
Si la gafa deja que las cejas se vean y no se pegan al pómulo, las gafas van bien.
Que no agranden o empequeñezcan la cara. Busquemos el tamaño que más se ajuste a nuestro rostro.
Para seleccionar nuestra gafa perfecta debemos conocer los siguientes conceptos:
o CALIBRE: es el tamaño en horizontal de una lente. Normalmente las gafas tienen diferentes calibres. Es decir, varios tamaños de lente para así adaptar fácilmente según el tamaño de tu cara.
o ANCHO DEL PUENTE: es importante dar con la talla apropiada. Si es muy pequeño probablemente moleste y haga la gafa muy incómoda y el efecto de subirla hacia la frente.
Si por el contrario el puente es grande, la gafa se nos puede caer.
o LARGO DE VARILLA: este aspecto no lo podemos modificar en la gafa pero sí lo podemos acomodar para cada tipo de persona.
En la óptica podemos moldearlo y adaptarlo según la fisionomía de cada persona.
Una vez conocemos estos conceptos hemos aprendido a “leer la gafa”.
